Lo valioso de ser PEM: Un impacto de calidez humana
Autora: Diana Laura Julián Álvarez
Núcleo: Sierra Nororiental de Puebla
Categoría: Día conmemorativo PEM
Cargo: Alumni 2019
Soy Diana Julián Alumni 2019, estudié la licenciatura en ciencia política y la maestría en liderazgo y educación. Es un gusto compartir con ustedes mi experiencia como Profesional de Enseña por México (PEM), y cómo este rol me cambió la vida por completo.
Durante mi estancia dentro del Programa de Liderazgo impacté en dos regiones, mi primer año lo cursé en la Paz Baja California específicamente en el Telebachillerato comunitario 47 “El Cardoncito”, en mi segundo año, estuve en la escuela Netzahualcóyotl ubicada en la Sierra Nororiental del estado de Puebla. Cuando recibí mi asignación en el Instituto de Verano de aquel momento, fui la más feliz, pues los esfuerzos comenzaban a obtener eco dentro del ámbito educativo en el que tanto deseaba colaborar e incidir. Cuando supe que sería PEM, tuve muy presente la responsabilidad implicada, pues este rol significó salir mi zona de confort y coincidir con otras personas que tenían el mismo sueño que yo, las mismas convicciones y ganas de ayudar para sumar en el sistema educativo actual de nuestro país, generando oportunidades y poniendo en práctica habilidades y competencias de forma intencionada.
Algunos retos que asumí como Profesional de Enseña por México durante mi trayecto fue el no contar con instalaciones propias de una preparatoria, pues las clases las dábamos en los espacios de una escuela primaria, en donde en muchas ocasiones el servicio eléctrico fallaba; y al estar a una temperatura de 35 a 37°C, no era posible tomar las sesiones en los espacios correspondientes, por lo cual nos veíamos en la necesidad de salir al patio de la escuela y debajo de la sombra de un árbol generamos nuestras actividades, impulsando nuestra unión y fortaleciendo lazos de confianza como equipo.
Durante la pandemia por COVID 19, sin lugar a duda fue una época retadora para el sistema educativo global. Aún recuerdo cuando realizaba clases por Facebook live para que mis estudiantes de aquel entonces pudieran seguir con sus estudios de educación media superior. Este fue un medio para poder conectarnos, pues al radicar en la sierra de Puebla, las dificultades de conectividad eran aún mayores y el uso de esta red social nos permitía seguir con nuestras clases a un menor costo. Bajo esa modalidad no pude conocer físicamente a mis estudiantes; que mucho me hubiera gustado hacerlo, pues las condiciones de salubridad y contextuales no nos lo permitían. Todo lo anterior me llevó a dar lo mejor de mí en mi práctica como PEM, poniendo a disposición habilidades como la resiliencia, adaptabilidad e innovación, reconociendo en todo momento mi sentido de urgencia y de posibilidad. Esto me permitió asombrarme constantemente de las posibilidades que iban tomando forma en conjunto con la comunidad educativa, sin perder de vista el contexto, ideología, cultura y formas de relacionarme con mis estudiantes.
Ser PEM fue una experiencia enriquecedora que me dio herramientas para liderar y co-liderar equipos de trabajo, orientar a estudiantes en la educación formal y no formal y; así mismo, acompañar instituciones educativas para la implementación de proyectos comunitarios (aprendizajes que hasta la fecha sigo poniendo en práctica en múltiples áreas en las que me desempeño).
Fue gracias al apoyo de mis coordinadores y compañeras/os PEM que fui encontrando la ruta más óptima para hacer frente a las necesidades que emergían en la comunidad, potenciando mi desarrollo personal y profesional junto con el fortalecimiento de las capacidades de diseño, facilitación y evaluación, que a mi pensar son competencias que cualquier agente de cambio educativo tendría que desarrollar. Gracias a esta experiencia hoy acompaño a jóvenes en mi rol como Coordinadora estatal de programa en la organización “Vía Educación”, con el objetivo personal de seguir sumando esfuerzos para disminuir la brecha de las desigualdades educativas en nuestro país y generar oportunidades que permitan a niñas, niños y adolescentes ser sujetos de su transformación personal y social. Si bien, ahora me encuentro en otra etapa de mi vida, el título de PEM lo llevo siempre conmigo a donde quiera que vaya, pues gracias a esta oportunidad, he podido seguir cultivando relaciones junto con otros aliados y profesionistas de Enseña por México de otras generaciones.
El conectar y saber que la red de este movimiento está activa y creciendo cada vez más, me llena de alegría y entusiasmo, pues sé que nuestro impacto está lleno de calidez humana y consciencia plena en las comunidades y en los distintos estados de la república en los que sigue operando el programa, dejando corazón y motivación en cada una de las regiones donde PEM se encuentra colaborando.
¡Siempre parte del movimiento, siempre Enseña por México!
Preguntas de reflexión:
- ¿Qué contextos complejos identificas en las comunidades educativas de tu entorno?
- ¿Para ti, qué impacto tiene un/a Profesional de Enseña por México?
- ¿Qué habilidades y prácticas potencializarías dentro de la educación de nuestro país?
- ¿De qué forma acercarías este movimiento educativo con las personas que conoces (familiares, amistades, estudiantes y agentes educativos)?